Inner Core
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Strawberry Kisses

3 participantes

Ir abajo

Strawberry Kisses Empty Strawberry Kisses

Mensaje por daiheavenly Dom Dic 28, 2008 4:39 am

Hola! les dejo este fic que escribo con dolly, sakuhai Wink XDDD

Capitulo 1

Llegue al barrio aquel día, en una fría tarde de Enero.

Recién había conseguido un trabajo importante como jefe de departamento en una compañía de celulares, y con el adelanto del primer pago decidí darle un cambio completo a mi vida.

Así fue como me mudé de ese viejo apartamento, el cual rentaba desde que estudiaba en la Universidad, y conseguí este a buen precio, aunque quizás no en la mejor zona. Lo que sí es que me quedaba cerca de la oficina.

Había rentado el tercer piso porque quería tener un balcón donde fumar. Ken, mi amigo desde la Universidad, me había ayudado en la mudanza, y yo estaba satisfecho con todo lo que estaba adquiriendo por aquel entonces. Podría decir que mi vida estaba en su mejor momento, tenía la fortuna de poder ligarme chicos con facilidad. Hasta ese entonces no me había enamorado realmente de ninguno, era como si no necesitara ese tipo de estabilidad, con la diversión y el sexo casual me conformaba.

Tenía un auto nuevo, casa nueva, fiestas y chicos asegurados siempre que salía a los clubes con Ken y un trabajo perfecto. Lo tenía todo.

Hasta que me vida perfecta vino a toparse con la vida triste del vecino de la casa de enfrente…y entonces mis perspectivas cambiaron gradualmente.

La primera vez que lo vi fue a la semana de haberme mudado. Estaba sentando en la acera de la casa y lamía una paleta de caramelo. Yo regresaba del trabajo, cuando detecté a ese solitario chico que aun vestía el uniforme escolar. No pude evitar mirarle, era realmente lindo, con el cabello largo y lacio atado en una coleta, su uniforme azul marino con el nudo de la corbata mal hecho, cuerpo delgado, pero si había algo que llamó mi atención de inmediato fue su rostro.

Juvenil, piel blanca y tersa, ojos expresivos color chocolate, nariz pequeña, labios carnosos, la ambigüedad de su cara me atrajo enseguida porque, aunque era obvio que se trataba de un chico, sus facciones tan delicadas le hacían tener un toque femenino.

Y de alguna manera, todo su ser irradiaba sensualidad. Era como si estuviese hecho para despertar sucias pasiones, como si la expresión de su cara dijera que acababa de tener sexo y el cabello aun le oliera a la fragancia húmeda luego de un encuentro sexual.

Al pasar frente a él me sonrió encantadoramente y lamió de forma sugestiva la paleta, yo sólo hice una leve reverencia sintiendo como mi entrepierna había recibido una descarga de sensaciones.

Al llegar a casa, dejé el portafolio sobre la mesa y corrí al ventanal que daba al balcón. El muchacho seguía ahí mirando los autos y los transeúntes, calculo que estuvo sobre la acera media hora más, hasta que llegó una señora, pareció regañarle por la manera en que movía las manos y abrió la puerta dejando ingresar al chico.

Por aquel entonces, yo no sabía nada de mi vecino, ni siquiera su nombre, pero si existía algo que supe desde el momento en que me sonrió es que tras esa mirada de seguridad y esa sonrisa de deseo sexual, había un oculto un misterio y un corazón en llamas.


:::::::


Se llamaba Hyde.

Se preguntarán cómo lo averigüé. Pues bien… sorpresa. El dinero también sirve para otras cosas. Y los ligues, también.

Así fue como al día siguiente ubiqué a uno de mis ex amantes que vivía cerca. De hecho, vivía demasiado cerca y era una de las razones por la que me mudé a ese barrio. Aquel chico (llamado Yasu) era uno de los mejores amantes que había tenido, y me pareció bastante cómodo tener su departamento a mano las noches en que yo estuviera solo y aburrido (cosa que no sucedía con mucha frecuencia, créanme).

El caso es que Yasu conocía al chico-misterioso de la paleta. De hecho, bajo sus mismas palabras, “No había nadie en muchas cuadras que no lo conociera”. Debo reconocer que la sonrisa que acompañó el comentario no me agradó en lo absoluto, pero en fin… callé mis sospechas y esa tarde me enteré que el nombre del niño, era Hyde.

O al menos, le decían así.

El chico aún no cumplía la mayoría de edad. Vivía en la casa de enfrente con su madre, y de su padre no se sabía mucho. Al parecer, Hyde no parecía tener muchos amigos, y siempre estaba afuera, viendo la calle de manera absorta hasta que su madre lo regañaba y lo obligaba a entrar a la casa.

- Él es extraño - concluyó entonces Yasu con un encogimiento de hombros. Estábamos en mi departamento, y Yasu parecía impaciente de terminar su tarea de seudo investigador privado para pasar a otras tareas más placenteras.

- De todas formas, Sakura… ¿porqué demonios preguntas tanto por ese niño?.

Su mirada pasó a ser de sospecha pura. La sentí clavada en mi espalda mientras yo prendía un cigarrillo y me paseaba distraído por la sala del departamento, procesando de cierta manera la información recibida.

Nos mantuvimos en silencio un rato. Luego, yo sonreí a la nada, haciéndome la misma pregunta. “¿Porqué te importa tanto?. Sólo lo has visto una vez…”. La respuesta no tardó en llegar.

Simple.

Cuando yo me interesaba en alguien, era por dos razones: o esa persona me debía algo, o bien… me gustaba.

Y para ser sincero, Hyde, el chico de enfrente, el que todos los días se sentaba en la acera y veía los autos pasar, aquel niño que yo espiaba todos los días, cada tarde, siempre, desde que me había mudado… aquel chico, de veras que me había gustado. Y mucho.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Planee de manera enfermiza la una y mil maneras de acercarme a él, no parecía difícil, era como si te regalara sus sonrisas con sólo una mirada

Finalmente, una de esas tardes en que volvía del trabajo y él se encontraba mirando los autos me detuve frente a él.

Hyde me miró, sus pupilas reflejando la luz naranja del atardecer

-He visto que fumas, ¿tendrás fuego?- dije como excusa para hablar con él.

Hyde sonrió y se puso de pie, de las bolsas de su pantalón escolar sacó un encendedor. Extraje el cigarro y lo coloqué entre mis labios, me acerqué a él y le cogí la mano mientras me ofrecía fuego. Su piel estaba helada, pero era suave al tacto. De cerca su rostro era aun más hermoso que a la distancia. Todo mi cuerpo se cimbró de excitación, me sentí un pedófilo pero no me importó.

-Gracias- musité dejando escapar el humo de la boca

-De nada…Sakura- añadió con un pequeño guiño, para ser tan solitario tenía un aura muy amigable y parecía no tener miedo de hablar con extraños

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Pues, este barrio es muy pequeño, todos nos conocemos

-¿Será por Yasu?

-Ah!... creo que me atrapaste. Sí, la ultima vez que fuimos al motel me habló un poco de ti- yo iba a reír pero la palabra “motel” llamó mi atención. De alguna manera entendí la risa y el gesto de Yasu cuando me reveló el nombre de este chico.

-¿Y al menos dijo algo bueno?

-Mmm…pues…me presumió algo de veinte centímetros que no me pareció tan malo- ¡era un demonio! Muy a pesar de su edad y la carita angelical, por dentro era un verdadero demonio. Desde entonces, se ganó para mí el apodo de Akuma.

-Bueno, me alegro que te haya dado buenas referencias- él asintió y se acercó un paso más a mi, yo como un idiota sentí que su aroma me envolvía y temblé, pero entonces, sus dedos tocaron el nudo de mi corbata y lo desbarataron lentamente, casi con ternura

-Es lindo que luego del volver del trabajo, cansado y hambriento alguien te desanude la corbata, ¿no?- preguntó volviendo a alejarse, yo le miré sin comprender del todo su comentario

-Eso creo…

-¡Ah! Ahí viene mi madre, Sakura-san, nos vemos en otra ocasión cuando necesites que también alguien te ayude a quitarte el saco- me reí como un tonto de su comentario y agregué que lo tomaría en cuenta mientras cruzaba la calle.

Y quede más prendado aun de su esencia ambigua, de la chispa de sus ojos y el toque de sus manos…¿Podría de verdad alguna vez tomar en cuenta lo de desnudarnos mutuamente?.

Iba camino a mi departamento pensando en mi encuentro con Hyde, en su sonrisa de niño travieso y algo solitario, cuando recordé de nuevo el comentario que me había inquietado por completo.

“La ultima vez que fuimos al motel, me habló un poco de ti”.

Es cierto que yo no tenía derechos sobre Hyde, que sólo lo había visto de lejos y le había hablado una vez, pero… juro que ante esas palabras, ante la visión de Hyde y Yasu entrando en el motel, toda mi sangre hirvió.

El conserje del edificio se percató de mi enojo en cuanto crucé la recepción. Amable y discreto como es él, solamente me dijo “¿Se encuentra bien, señor Yasunori?” rayando en lo cordial y lo éticamente correcto. Apenas pude musitar un “Sí” brusco que no parecía en lo absoluto ser verdadero. Y en los segundos en que me detuve a darle mi respuesta con el atisbo de una sonrisa fingida, fue entonces que decidí cambiar el rumbo y no seguir hacia mi apartamento.

Hyde ya se había encerrado en su casa, bajo la mirada estricta de su madre, sin embargo… ahora, había otra persona además que yo quería ver. Y que debía darme un par de explicaciones.

Mientras me retractaba y volvía a salir del edificio, mientras cruzaba la calle y veía el hogar de Hyde y mientras mis pasos se encaminaban hacia el departamento de mi amante, mientras avanzaba repentinamente furioso entre las calles transitadas, traté de no reconocer ante mí mismo que estaba celoso. Muy celoso.

Y que esos celos no recaían en Yasu.

Y que por esos celos, lo único que deseaba ahora era ver su rostro y partirlo a pedazos. Por atreverse a no contarme que aquel chico lindo llamado Hyde, era, además, su propio amante.


::::::::::::


Yasu debió adivinar mi furia desde el primer momento, porque en cuanto me abrió la puerta de su departamento, la sonrisa que había esbozado para recibirme vaciló y fue mitigándose de a poco.

- Sakura… vaya, no te esperaba tan temprano.

- ¿De veras?.- entré al departamento sin esperar a que él me invitara. Con mi andar orgulloso, miré la decoración de la estancia con altanería, como si esa fuera la primera vez que estaba allí.

Yasu cerró la puerta a mis espaldas. Y luego, casi con precaución, se acercó a mí y me abrazó por detrás. Ese gesto sólo consiguió cabrearme más, y con un movimiento brusco me solté de sus brazos, me alejé un tanto y luego me volteé, y lo miré con furia ciega.

- ¿Qué demonios te pasa?.

- ¿A mi?. Nada, cariño… ¿te pasa algo a ti?.- mi tono de voz adquirió un tono dulce totalmente descarado.- ¿Estás asustado de verme tan temprano?. ¿Qué pasa, acaso tienes compañía a estas horas?... ¿O bien prefieres los moteles, para verte más cómodo con tus otros amantes?.

- No, yo… Sakura, no entiendo… ¿de qué me estás hablando?.- Yasu se quedó atónito, y por un momento, distinguí en sus ojos la sombra del miedo.

El momento de debilidad duró unos instantes. Sin embargo, mi cínico amante pareció recuperarse de su sorpresa y sonrió nuevamente.

- No puedo creerlo… ¿me estás haciendo una escena de celos?.

- ¿Acaso tengo motivos?.

- ¡Claro que no!.- Yasu se rió y trató de acercarse nuevamente a mi. Acercamiento que yo rehuí de nuevo.- ¡Sakura!... caray, nunca te habías comportado así conmigo…

Parecía casi emocionado. Y era cierto, porque yo nunca me comportaba así con nadie. Las personas que me conocían sabían que yo no era de relaciones estables y me importaba realmente poco lo que pudiera ser de la vida de mis parejas sexuales.

Sin embargo, no era por Yasu que yo estaba celoso. Él era un tipo atractivo, sí, pero de esos había de sobra allí afuera, y yo podía conseguir muchos, cuantos quisiera. Por un momento le devolví la sonrisa, ahora totalmente irónica, y fui yo quien me acerqué y le acaricie las mejillas con fingida ternura.

Él pareció derretirse ante mi toque. Me pareció más iluso y poca cosa que nunca.

“Tonto… tú nunca te compararás conmigo…”.

- Mmm… Sakura…- él cerró los ojos y se arqueó ante mi toque, como un gato mimado por su dueño.- Oye… sabes bien que eres el único…

Mentira descarada. Tampoco me importaba, la verdad, porque me daba igual si se acostaba con otros, siempre que regresara a mi cama.

Me acerqué otro tanto. Lo tomé de la cintura y con la mano que antes lo acariciaba lo tomé de la nuca con fuerza, levanté su rostro y ante su incredulidad, estampé en sus labios un beso brusco, dominante, húmedo y casi doloroso.

Cuando lo dejé libre, los labios de Yasu estaban hinchados y me miraba un poco dolido. Un poco incrédulo. Tan ingenuo…

- ¿El único?... cuidado, amor. Te va a crecer la nariz si mientes reiteradamente.

- ¡Pero yo…!.

- Ya cállate.- le acaricié de nuevo el rostro, y esta vez, él pareció temeroso a mi reacción.- ¿Sabes algo?... Estuve hablando con Hyde antes, ¿y qué crees que me contó?... Fue una sorpresa para mi enterarme de la buena fama que me haces, cuando estás con tus conquistas en los moteles…

- Sakura…. No, yo… yo puedo explicarte…

- No te estoy pidiendo que te expliques- me acerqué nuevamente hacia sus labios. Sin dejar de mirarlo a los ojos, sabía que lo estaba incomodando, mejor así.- Puedes hacer lo que quieras, ¿sabes?. No me molesta. Además… ese chico es realmente interesante. ¿No lo crees?.

CONTINUA ABAJO
daiheavenly
daiheavenly
Staff Inner Core
Staff Inner Core

Cantidad de envíos : 152
Fecha de inscripción : 16/09/2008
Localización : México

http://www.fotolog.com/dai_heavenly

Volver arriba Ir abajo

Strawberry Kisses Empty Re: Strawberry Kisses

Mensaje por daiheavenly Dom Dic 28, 2008 4:43 am

Yasu cerró los ojos con sospecha.

- ¿Aún sigues interesado en él?.

- ¿Interesado?. ¿De la misma forma que tú con él?. No lo creo…

- Yo no opino lo mismo. Te gusta, ¿cierto?.

- Ahora eres tú quien me está haciendo una escena de celos, cariño…

- ¡Te gusta ese chiquillo, Sakura!. ¡Te conozco!.

- No te atrevas a hablarme de esa forma.- baje el tono a uno totalmente atemorizante. Esta vez, Yasu me sostuvo la mirada con entereza.- Te recuerdo que aquí, quien se acuesta con un niño que aún va a la escuela eres tú, cielo… Y eso, según las leyes, es un delito.

Nuestras miradas libraron una batalla muda. Estaba realmente enojado, y luego de un rato, Yasu pareció entender la derrota y bajó la vista dolido, pillado en falta, sabiendo que yo era mucho más fuerte y más decidido que él.

Se alejó hacia la cocina americana en un lado del salón. Su departamento era mucho más pequeño que el mío, pero igualmente agradable y elegante. Yasu fue al mini bar, sacó una redoma pequeña de vidrio y la llenó de licor, y luego se lo bebió de un solo trago, manifestando sin querer lo nervioso que lo había puesto con mis comentarios.

- No sé qué pretendes, de veras…- comenzó a decir, con un hilo de voz, limpiándose con el dorso de la manga la comisura de los labios. Olvidado completamente los modales. En una táctica que usaba a menudo y que ya me estaba hartando: hacerse la víctima.- Llegas a mi casa, me hechas todas estas cosas en cara… y me dejas bien en claro que te sientes furioso porque me acuesto con Hyde. ¿Cuándo yo te he importado, Sakura?. ¡Dime!.

Ahogué un suspiro de hastío. Caminé hacia el ventanal que daba una maravillosa vista de Tokio, casi en el atardecer, con la luz naranja bajando hacia la metrópolis y bañando la acera como una mortaja de sangre.

Vi a través del reflejo en el cristal la figura de mi amante. En esos momentos, con el recuerdo aún latente de Hyde en mi memoria, Yasu me parecía más insípido que nunca. Y al mismo tiempo, saberme el dueño de la situación y con poderío, me estaba excitando de a poco… Poco a poco…

-Oye… no peleemos por tonteras, ¿sí?.- el tono de voz algo más suave en Yasu me dio la pauta de que estaba recapitulando. Sin embargo, seguí dándole la espalda, en mi postura apática, simplemente porque quería que me suplicara otro tanto.

- Oye, Sakura… tampoco es que sea tan grave. Ese chico se acuesta con casi todos los hombres solteros y casados a muchas cuadras a la redonda. Lo nuestro no tuvo mayor importancia, te lo juro.

El nuevo comentario sobre el libertinaje de Hyde causó que un pinchazo de furia me sacudiera el pecho. Porque no lo podía entender… mientras miraba abajo, como ido hacia las calles donde antes me había encontrado a Hyde, aún yo no podía entender como aquel chico en apariencia tan dulce, podía ser lo que se estaba manifestando ante mis ojos.

Recordé el tacto de sus manos sobre mi cuello, desarmando mi corbata, su rostro y sus labios cerca y su mirada chispeante mientras bromeaba... Él era lindo, era atrayente, no terminaba de creer que un chico de diecitantos años hubiera despertado ese tipo de reacción en mí, y que de pronto me importara tanto que estuviera con otros…

- Ven.

Mi orden fue seca, carente de emociones. Guiada por la furia de la imagen mental de Hyde, su rostro lindo y su cuerpo delgado siendo tocado por alguien más, por el propio Yasu que se acercaba algo alerta y que se ubicaba a mi lado, buscando en la vista del exterior el motivo a mi actitud tan inusual.

Con un movimiento deliberadamente lento, lo observé y lo tomé de la cintura, como si fuera mi presa, e intercambié nuestras posiciones, dejando su cuerpo más delgado atrapado entre el vidrio del cristal y entre mi cuerpo ahora caliente.

Porque todo se había conjugado en mi cuerpo, la imagen de Hyde, el encuentro con él esta mañana, la certeza de que Yasu lo había tocado, la furia ante esto… todo estaba espesando en mi vientre y viajaba más abajo. Y de pronto yo sentí que necesitaba dejar salir toda esa furia, y que mejor lo haría con el culpable. Con quien había osado tocar lo que súbitamente, sentía como mío.

Lo volví a besar de forma demandante, esta vez mis manos colándose debajo de su camisa y yendo más abajo. Acaricie su estómago plano, llegué a la frontera de sus pantalones, los desabroché y luego mis dedos se colaron por debajo de la ropa interior y acariciaron su sexo que comenzaba a estar cada vez más duro.

Yasu soltó un gemido ronco. Aproveché el momento en que arqueó la espalda y ladeó un poco el rostro, para acercarme a su cuello y darle un mordisco rudo, que pretendía ser revancha y un signo de propiedad. Yasu soltó un quejido de dolor y trató de apartarme un poco con sus brazos, pero nuevamente, yo no lo dejé y aumenté la presión de mi cuerpo sobre el suyo, y aceleré los movimientos en su sexo con mi mano.

- Yo… Sakura…- Yasu gimió casi suplicante, sus mejillas coloreándose de a poco- Sakura… sabes que… no me gusta… así….

Sonreí con malicia. Y acallé sus nuevas protestas con un beso en los labios. Dejé de masturbarlo y antes de que él reaccionara, lo tomé de las piernas y las separé un poco, para que él pudiera sentir en pleno como latía mi deseo.

Un deseo que no era para él. Que viajaba lejos… y mientras yo lo torturaba en el salón de su departamento, con la tarde cayendo sobre nosotros como escondiendo nuestros cuerpos del mundo, aquel deseo que latía en mí y todo pensamiento de éxtasis viajó a través de la ventana a la callé y se fue con el viento, hasta llegar finalmente a aquella casa en frente de mi departamento, donde lo ví por ultima vez. Y finalmente, cuando grité mi éxtasis, el nombre del chiquillo que recién conocía se quedó atrapado entre mis labios. Como en una plegaría que nunca iba a ser dicha en voz alta.










:::::::::::

Esa noche no pude dormir, mi vecino estaba teniendo una tremenda faena en su cama, y los sensuales y fuertes gritos de su amante atravesaban las paredes que dividían los departamentos. Recostado en la cama escuchaba esos gemidos masculinos y los jadeos que provenían del departamento de al lado. Se lo estaban pasando muy bien.

Me preguntaba con la cabeza contra la pared quien era el hombre que gritaba tan placenteramente y que me mantenía despierto como un vouyerista imaginando la escena y deseando vivirla.

De pronto, pareció que el inminente orgasmo los barrió a ambos haciéndoles guardar silencio. Salí del departamento abrumado y necesitando aire, envidiaba a mi vecino. Me senté en las escaleras junto al ascensor a fumar el último cigarro de mi cajetilla y pensé en aquella tarde y en mi encuentro con Yasu.

Aun lo odiaba, porque él tenía los besos de Hyde y yo solo el inocente toque de sus dedos. Había tantas dudas en mi cabeza y todas eran sobre aquel muchacho que veía la vida pasar sin pena ni gloria.

Quería saber todo de él, que edad tenía, porqué después de la escuela se sentaba siempre sobre la acera, que hacía su madre, que era de su padre, en que momento decidió acostarse con Yasu y quien sabe cuantos tipos más.

-Hola…- apareció detrás de mi, con el cabello revuelto y las mejillas rojas, sonreí a medias, una mezcla de sorpresa, celos y algún otro sentimiento inexplicable me golpeó el pecho.

-¿Que haces aquí, Hyde?- él se encogió de hombros y se sentó a mi lado, su cuello tenía marcas visibles de la batalla pasional que acaba de librar.

-Me entretengo mientras mamá trabaja.

-¿Te entretienes?- le miré intentando no parecer molesto. Hyde se rió.

-Lo siento, ¿mis gritos no te dejaron dormir? Es sólo que a tu vecino le excita que grite con fuerza.
-¿Que edad tienes?- pregunte arrojando el cigarro al piso

-Dieciséis, ¿por qué? ¿Me darás el sermón de que soy muy joven para esto?

-¿Y serviría de algo?

-La verdad es que no, me lo han dado ya

-Entonces, no vale la pena gastar mi saliva - por un instante sentí que sus ojos de almendra se llenaban de lágrimas, pero estas se desvanecieron y de uno esa chispa sensual y decida apareció en su mirada

-¿Y tú que haces Sakura-san?

- Pensaba…- su pequeña mano se detuvo en mi rodilla llamando mi atención.

- ¿Me muestras tu casa?.

Por unos segundos dudé preguntándome si acaso me seducía o simplemente de verdad quería conocer mi hogar, sin intensiones más allá de las de curiosear. Tuve miedo de que al tenerle para mi solo entre mis cuatro paredes, mi cuerpo se desbordara como un volcán añejo y le invadiera de lava…

- Mi casa no tiene nada interesante. Es exactamente igual a la del tipo con quien estabas hace un rato, pero con otros muebles.- respondí finalmente yo, en un tono más brusco de lo que pretendía.

- Oye, ¿por qué estás siendo tan antipático conmigo?.- Hyde me preguntó con algo de tristeza. Como un gatito herido, bajó la mirada y su sensualidad se tiñó con algo de ingenuidad. – Por la tarde te portaste tan amable, y ahora…

“Ahora Hyde, yo sé que te acuestas con muchas personas... Que no eres el niño inocente que muestra tu apariencia… eso es lo que pasa, Hyde”.


- Es tarde. No deberías estar afuera a estas horas. Aunque tengas dieciséis años, cualquier cosa te podría pasar.- mantuve el tono brusco de nuevo. Hyde pareció un poco desilusionado con mi actitud, y quitó su tacto cálido de mi pierna, como si yo lo hubiese regañado.

Bueno, de cierta forma lo estaba haciendo.

Hyde se acomodó el largo abrigo que lo cubría del frío de Enero. Era muchas tallas más grandes y olía a perfume varonil. Casi por un presentimiento, supe que ese abrigo no le pertenecía, se lo habían dado, tal vez el tipo que vivía al lado de mi casa, con el que Hyde se acostaba momentos antes de que nos encontráramos…

Hyde observó el vecindario de noche, con aire pensativo. La luz de la luna y de los faroles caía sobre su cabello negro y sobre su piel bastante clara. Se veía hermoso y atrayente, como esos seres de la noche que plagan los cuentos de literatura fantástica.

Como esas místicas criaturas que engatusan a los hombres con su mirada, y que tanto lograban fascinarme cuando yo era un niño.

- Es una lástima que haya que esperar varias horas de sol, para estar por fin a gusto con esta oscuridad, ¿no lo crees?.

La voz de Hyde me sorprendió un poco. Había sido una voz suave, casi sin querer romper el encanto de la noche, en un tono extremadamente bajo que apenas pude escuchar. Pasé de observarlo a dirigir mi mirada hacia aquel mismo barrio que él veía absorto, como ido, como si me estuviera hablando a mí, y a la vez, sólo así mismo.

- Puede ser… aunque la noche es peligrosa. No te encariñes tanto con ella.

- Sí, ya me dijiste eso…- Hyde bajó un poco la mirada y sonrió. Y luego me observó con sus ojos grandes y castaños brillosos.- ¿Qué edad tienes Sakura-san?.

- ¿Por qué debería responderte?.

- No sé, bueno, yo te dije la mía, me parece algo justo- Hyde se encogió de hombros de forma adorable.

Evaporado un poco mi enojo momentáneo, decidí seguirle el juego.

- ¿Qué edad crees que tengo?.

- Mmm… no sé… ¿unos veinticinco?.

- Tengo treinta.- apunté con orgullo, y los ojos de Hyde se abrieron con sorpresa.

- ¡Treinta!. Caray, ¿cómo lo haces?, juro que no aparentas más de veinticinco… ¡pero tampoco me parece que treinta sea una edad excesiva!…

- Sí, claro…- me reí un tanto sin poder evitarlo. La actitud de Hyde me parecía adorable, a momentos un poco más acorde con su edad. Hyde se contagió con mi buen humor y me devolvió la sonrisa. Y cuando nos miramos casi hipnotizados por un instante, sentí un cosquilleo en la base del estómago que no sentía hace mucho.

Aquel era el momento perfecto para acercarme otro tanto, abrazar aquel cuerpo más pequeño y robarle un beso, bajo el amparo de la noche… y algo en mí intuyó que Hyde deseaba lo mismo, porque sus ojos viajaron desde los míos hasta mis labios, y se sonrojó un tanto nervioso.

Al final y con un carraspeo de garganta, detuve el rumbo de mis deseos y aparté la mirada. Porque aquel no era el momento adecuado ni el lugar, donde cualquiera podía vernos.

Y porque en el fondo, con todo lo que Hyde me gustaba, también estaba lo otro entorpeciendo todo. La certeza de que aquel chico no era lo que me afanaba en ver, no era la criatura débil e indefensa que parecía a ratos. Era un chico más de esta ciudad, que se toma la vida con ligereza y que se acostaba con personas mayores, jugando quizás a hacer cosas de grandes sin meditar las consecuencias.

Me di cuenta con algo de dolor, que Hyde era de cierta forma una réplica de mí, cuando yo tenía su misma edad.
- ¿A dónde vas?.- Hyde me pregunto en cuanto yo me incorporé y lo miré desde arriba.

- A la cama, por supuesto. Mañana tengo que levantarme a trabajar temprano.

- Pero… al final, ¿no me vas a llevar a conocer tu casa?.

- ¡Por supuesto que no!.- me reí con indiferencia.- No soy tan ingenuo, Hyde. Y no suelo meter personas desconocidas a mi casa.

- Bueno, yo… - Hyde bajó la mirada algo incómodo, y se frotó las manos nervioso.- yo pensé que tú y yo ya nos conocíamos… algo…

Lo miré arqueando una ceja.

- Sabes cómo me llamo y mi edad. ¿Te parece que eso es conocerme?.

- Sí, bueno…- Hyde volvió a ponerse nervioso, y tuve que hacer algunos esfuerzos por adivinar sus palabras.- Al menos, creo que te conozco más que a muchos con los que me he acostado.

Aquella referencia a su vida sexual logró incomodarme y enfadarme de nuevo. Me crucé de brazos queriendo irme ya mismo. Escaparme de ese chico extraño, que me confundía, me enfadaba y me atraía por partes iguales.

Iba a contestar algo, cuando unas risas a muy alto volumen se comenzaron a escuchar desde el fondo de la calle, acompañados del ruido inconfundible de los tacones de una mujer. Sobresaltado, Hyde observó hacia la dirección donde venían los ruidos y se puso de pie, con una expresión claramente de angustia. Yo me sorprendí de esa reacción, y entorné los ojos hacia el final del camino para divisar mejor a las dos figuras que avanzaban por la calzada.

No tardé mucho en reconocer la figura femenina.

- ¿Esa no es tu madre?.

Hyde no me contesto. De pronto rebuscó en sus bolsillos con prisa, sacó un manojo de llaves con manos algo temblorosas, y apenas se volteó hacia mí antes de retroceder hasta su casa.

- Yo… tengo que irme, lo lamento… gracias por la plática. Me hace bien hablar contigo…

- Espera, Hyde, ¿qué te pasa?.- lo aferré del brazo antes de que él se fuera. Su actitud era demasiado extraña.

La madre de Hyde y su acompañante se acercaban otro poco, de seguro pronto nos verían. Hyde los miró de nuevo y luego me miró a mí, casi suplicante.

- Por favor, tengo que irme…

- ¿Porqué pareces tan atemorizado?. Oh, por supuesto… tu madre no sabe lo que haces cuando ella está afuera, ¿verdad?.

- Sakura-san, te lo ruego…- Hyde luchó contra mi agarre y finalmente pudo soltarse. Sus ojos casi estaban llorosos.- Ella no me importa… quien no debe enterarse es él…

Hyde y yo nos miramos por unos segundos, y luego el chico se fue corriendo a su casa, y trató de abrir la puerta de forma nerviosa. Al final, Hyde consiguió entrar antes de que la mujer y su acompañante estuvieran lo suficientemente cerca como para verlo.

CONTINUA ABAJO
daiheavenly
daiheavenly
Staff Inner Core
Staff Inner Core

Cantidad de envíos : 152
Fecha de inscripción : 16/09/2008
Localización : México

http://www.fotolog.com/dai_heavenly

Volver arriba Ir abajo

Strawberry Kisses Empty Re: Strawberry Kisses

Mensaje por daiheavenly Dom Dic 28, 2008 4:45 am

Me quedé como ido parado en la acera, mirando en dirección a la puerta ya cerrada. Sin entender mucho la reacción de Hyde y el significado de sus palabras.

- ¿Y este?. ¿Qué tanto mira mi casa?.

Reaccioné de pronto ante la voz intempestiva del hombre. La madre de Hyde y el tipo que la acompañaba se habían acercado, y aquel hombre ya no reía. Me observaba a mí con el entrecejo fruncido y de mala manera. A leguas se notaba que estaba algo pasado de copas.

La madre de Hyde, sin embargo, le hizo un cariño en el brazo que parecía querer contenerlo.

- Cielo, no seas así. Este hombre no tiene cara de querer robarnos…

- No sé. Este barrio se está convirtiendo en una mierda, ya no podemos estar seguros.- el hombre ladró su respuesta y me observó de nuevo. Yo recuperé la compostura y le devolví una mirada serena y calculadora. No por nada era el jefe de un departamento en una compañía prestigiosa.

- Perdone si le molestó mi actitud. Me acabo de mudar al edificio de enfrente, y sólo estaba tomando algo de aire.

No era la excusa más creíble, sin embargo, mi tono de voz pareció ablandar al hombre. Quien ahogó un gruñido y me observó de arriba abajo, como evaluándome.

- Bien… le recomiendo que no tome mucho aire cerca de mi casa, ni menos a estas horas, ¿le quedó claro?.

Había una amenaza explícita en su voz. Yo asentí sin amedrentarme, reconociendo de inmediato que él era de la clase de gente que estaba acostumbrada a amenazar y a imponer su voluntad.

Hice una ligera inclinación con la cabeza hacia la madre de Hyde y hacia el hombre. Ella me sonrió un poco, casi disculpándose de la actitud de su acompañante. De cerca pude comprobar que Hyde había sacado muchas cosas de ella, como la forma de sus ojos y sus labios.

Sin querer escuchar otra amenaza, crucé la calle y me alejé hacia mi edificio, con andar algo pensativo. Pensaba en Hyde, en lo ocurrido esa noche, en todo lo sucedido desde que llegué a aquel barrio y sobretodo, en mi atracción hacia aquel chiquillo.

Fue una suerte que todo estuviera en silencio cuando alcancé mi dormitorio y me metí en la cama. Claro… Hyde no estaba haciéndole compañía a mi vecino. Hyde debía estar en su casa, quizás durmiendo, quizás aún temeroso… ¿de quién?....

“Quien no debe enterarse es él…”

¿Hyde se refería a ese hombre adusto que me había encarado?... Cerré los ojos y me acomodé en la cama, tratando de conciliar el sueño, y al mismo tiempo cavilando. Porque sí, lo presentía, Hyde estaba hablando de aquel tipo. Aquel hombre que no había podido averiguar qué era en su vida. ¿Su padre, quizás?... aunque por lo que pude ver, entre él y Hyde no había ningún parecido. Ninguno…

Con un suspiro, cerré los ojos con fuerza. Y pasó mucho tiempo hasta que me dejé de suposiciones y finalmente, caí dormido.

::::::::::::::::::::


Al día siguiente, me despertó el sonido de sirenas y gente provenientes de la calle.

No debía haber dormido más que un par de horas. Comenzaba a amanecer, y con muy mal humor por el ruido, me levanté de la cama y fui hacia la ventana, para ver qué demonios era lo que pasaba.

Grande fue mi sorpresa al ver efectivamente un auto de policía, una ambulancia y algunas personas en bata y pijama, congregadas afuera de la puerta de la casa donde vivía Hyde.

Mi corazón pareció detenerse por un segundo.

- ¿Qué pasó?.- pregunté minutos después al conserje del edificio, cuando bajé totalmente vestido y con un muy mal presentimiento en la base del estómago.

- No se sabe bien- el hombre me respondió mientras miraba al frente por entre las puertas de vidrio del edificio. – Llegaron hace un rato… se oyó un disparo y luego gritos, y después llegó la policía y la ambulancia.

“Hyde”. El pensamiento llegó antes de que lo procesara. Me fui corriendo afuera del edificio y atravesé la calle casi sin mirar al tráfico, y en unos segundos que me parecieron eternos, me acerqué a la casa y me uní a la muchedumbre que miraba el actuar de policías y paramédicos.

Sentía el corazón en la garganta. Estaba aturdido.

- Pobre, ella era tan buena…- la voz de una mujer llamó mi atención. Me volteé hacia ella y la reconocí como una de las vecinas de los alrededores.- Ella era tan esforzada… no merecía esto…

Antes de que pudiera descubrir de qué estaba hablando, un par de hombres salieron de la casa cargando una camilla, y aunque estaba tapada, pude distinguir en los bordes la mano de una mujer.

Estaba muerta.

De pronto sentí un frío enorme. Y casi rogando que no fuera lo que yo pensaba, bajó otro par de hombres de la casa cargando una nueva camilla, donde se adivinó tapada la figura de alguien de mayor envergadura… y que descubrí con sorpresa, no era Hyde.

Uno de los oficiales de policía nos pidió que retrocediéramos mientras subían los cuerpos a la parte trasera de la ambulancia. Dos cuerpos en total. Esperé con el corazón latiendo rápido que saliera un tercero, un cuerpo más pequeño, pero eso no sucedió. Y casi me sentí aliviado, confundido, alarmado… todo a un tiempo, cuando pude procesar que aquello que yo estaba viendo eran las víctimas de un homicidio.

- Los encontraron tirados en la sala de estar… que horrible… no puede ser que estas cosas estén pasando aquí…

Me volví hacia la señora que había hablado. Ella pareció reconocerme y me hizo una inclinación a manera de saludo, que yo no tuve la gentileza de responder.

- ¿Qué pasó con el hijo?.

- ¿El hijo?.- repitió ella, extrañada.- Oh, sí, ese niño…. Bueno, él no estaba en la casa, por lo que me enteré. Quizás se había ido con algún amigo… pobrecito, cuando regrese y se entere de lo ocurrido…

Ella suspiró apenada. Y yo me quedé mudo, porque había visto a Hyde entrar a la casa la otra noche, antes de que su madre llegara, y por su actitud nerviosa, no creía que Hyde hubiera podido salir después…

Aunque lo deseaba con toda mi alma. Porque, aunque no lo conocía más que de días, aquel chico… Hyde…. Pensarlo muerto…. No, era algo que no quería hacer…

- ¡Sakura!. ¿Qué está pasando aquí?- Una voz se me acercó por la espalda. Era Yasu, quien me miró y miró la casa con aire confundido.

Lo tomé de la chaqueta sin poderlo evitar. Desesperado.

- ¿Hyde está contigo?- le pregunté con los labios apretados, casi rogando por un sí.

Yasu negó con un gesto.

- ¡Claro que no!. No lo he visto desde que, bueno…- bajó la mirada algo apenado, pero apenas percaté en su gesto.- ¡Ey, Sakura, adónde vas!.

Yo ya me estaba alejando por la calle hacia mi departamento. Yasu me llamó un par de veces más, pero no le hice caso. Subí directamente hacia el piso donde vivía, mi mente trabajando a una velocidad extremadamente rápida. Porque si bien no conocía a Hyde desde hace mucho tiempo, sabía de otra persona que tenía alguna clase de relación con él.

CONTINUA ABAJO
daiheavenly
daiheavenly
Staff Inner Core
Staff Inner Core

Cantidad de envíos : 152
Fecha de inscripción : 16/09/2008
Localización : México

http://www.fotolog.com/dai_heavenly

Volver arriba Ir abajo

Strawberry Kisses Empty Re: Strawberry Kisses

Mensaje por daiheavenly Dom Dic 28, 2008 4:46 am

Antes de que pudiera tocar a la puerta del departamento del hombre que vivía a mi lado, me detuve. Percatándome de que la puerta de mi propio departamento estaba algo abierta…

No la había dejado abierta con la prisa. Yo jamás olvidaba cerrar todo con llave… me acerqué a la cerradura y lo noté: marcas de algo filoso.

La habían forzado.

Con cautela, abrí la puerta del todo y entré a mi departamento, entornando los ojos para descubrir la identidad del intruso. Mis pasos me llevaron a la sala, a la cocina, al baño, al estudio… y casi en una premonición, acabé tras la puerta de mi dormitorio.

Aferré con mi mano derecha un candelabro de metal que usaría para defenderme, en caso de que fuera necesario. No lo fue. Porque al segundo de abrir la puerta y ver efectivamente al intruso mirándome desde mi cama, todos mis pensamientos se bloquearon, y no supe si sentí primero alivio o sorpresa o inquietud de encontrarlo.

Hyde me miraba envuelto entre las sábanas, temeroso, más pequeño que nunca. Su cabello algo revuelto y su ropa manchada de sangre a la altura de las mangas y el pecho. Tenía unos moretones en el rostro, y con sorpresa me fijé que en una mano cargaba un arma.

- Sakura… perdóname…. No supe a quien más recurrir…


La voz de Hyde estaba tan rota y tan maltratada como su cuerpo. Como si se fuera a poner a llorar de pronto, él temblaba y me miraba con una súplica en sus ojos, que no pude entender hasta momentos después. Cuando me di cuenta con horror, qué es lo que probablemente había pasado.

-Yo lo hice, Sakura… yo los maté…

CONTINUARÁ
daiheavenly
daiheavenly
Staff Inner Core
Staff Inner Core

Cantidad de envíos : 152
Fecha de inscripción : 16/09/2008
Localización : México

http://www.fotolog.com/dai_heavenly

Volver arriba Ir abajo

Strawberry Kisses Empty Re: Strawberry Kisses

Mensaje por Nicki Dom Dic 28, 2008 10:22 pm

yo lo lei del fotolog jojo (H)
me gusta mucho :B!
Nicki
Nicki
HaremQ
HaremQ

Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 20/10/2008

Volver arriba Ir abajo

Strawberry Kisses Empty Re: Strawberry Kisses

Mensaje por Reira-chan Mar Ene 13, 2009 9:04 pm

oorales!
que buena historia, es de las primeras historias sakuraxhyde que leo casi todas son de tetsuxhyde ejjejeje... sigan escribiendo!!!!!!!!!!!!!!!!

Reira-chan
HaremQ
HaremQ

Cantidad de envíos : 8
Fecha de inscripción : 13/01/2009

Volver arriba Ir abajo

Strawberry Kisses Empty Re: Strawberry Kisses

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba


 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.